PINCELADAS SOBRE EL VÓRTICE POLAR. ¿QUÉ VA A OCURRIR LA PRÓXIMA SEMANA?

El vórtice polar (polar vortex) es un gran área de bajas presiones y aire frío concentrado que rodea ambos polos de la Tierra.

También podría definirse cómo el patrón de vientos circumpolares de oeste a este que se manifiesta en latitudes altas en ambos hemisferios.

Tanto el vórtice polar ártico cómo el vórtice polar antártico existen debido a las diferencias de temperatura entre la franja tropical/ecuatorial y las áreas polares.

Es importante diferenciar entre el vórtice polar troposférico y el vórtice polar estratosférico.

El vórtice polar troposférico está presente todo el año, si bien se intensifica en invierno, cuando la temperatura del aire polar encerrado dentro del vórtice baja más. En verano por contra se debilita al decrecer la diferencia de temperatura entre polos y trópicos.

El vórtice polar se ubica en la alta troposfera. Por ello para su estudio se utilizan mapas de niveles altos y no de superficie.

La corriente en chorro (jet stream), esa corriente tubular de fuertes vientos del oeste presente en niveles altos de la troposfera que siempre comento que es la autopista de las borrascas, es precisamente el borde del vórtice polar troposférico, es decir, la frontera que separa el aire frío polar del aire templado de latitudes medias más próximas a los trópicos.

Estudiar el estado y evolución tanto del vórtice polar troposférico cómo del jet stream asociado es fundamental para pronosticar cuál será la dinámica atmosférica y el régimen circulatorio en latitudes medias como la nuestra.

Siendo un tanto simplista, cuando el vórtice polar se muestra compacto con un jet stream fuerte y bastante rectilíneo, el aire frío queda atrapado en esas zonas polares, mientras que cuando el jet se debilita y comienza a formar ondas de gran amplitud, el vórtice polar se fragmenta ó se desplaza, provocando fugas de aire frío polar ó ártico hacia latitudes medias (a la vez que incursiones de aire cálido desde bajas latitudes hacia zonas polares).

Actualmente el vórtice polar troposférico presenta un estado bastante compacto:

Pero como comentaré más adelante, pronto tendremos un vórtice más fragmentado y un jet stream más ondulado, con las implicaciones que esto puede tener.

Por su parte el vórtice polar estratosférico es una circulación estacional qué sólo aparece en invierno y desaparece en primavera.

Los meteorólogos estudian el estado del vórtice polar estratosférico en invierno, fijándose en variables cómo la intensidad media de los vientos zonales a 60ºN para los distintos niveles de presión ó el geopotencial y la temperatura de la estratosfera al nivel de 10 hpa, ya que aunque el estado del vórtice polar estratosférico no tiene efectos sobre la meteorología de las distintas regiones del planeta en el corto plazo, si puede tenerlos y muy acusados en el largo plazo.

Estos son dos ejemplos de gráficos que se emplean en el estudio del estado del vortex estratosférico:

Algunos inviernos se produce lo que se conoce como CSE ó calentamiento súbito estratosférico (SSW, sudden stratospheric warming), que es un calentamiento repentino del aire de la estratosfera sobre áreas polares. Este fenómeno cuando es intenso, suele provocar un desplazamiento del vórtice polar estratosférico (vortex displaced), ó incluso en los casos más extremos una bilocación del vórtice estratosférico (bilocation/vortex split). 

Cuando suceden estos eventos, los cambios en la capa de la estratosfera pueden llegar a transmitirse por una especie de efecto rebote hacia la troposfera, en un plazo que no es fijo, y que puede oscilar entre una semana y varias semanas, alterando así el estado del vórtice polar troposférico y en consecuencia modificando la disposición de los centros de acción que nos afectan directamente.

Pueden aparecer anticiclones en altas latitudes y cómo consecuencia desparrames de aire frío polar hacia latitudes medias.

Pero en ocasiones los cambios arriba ni siquiera llegan a reflejarse abajo, por lo que es una conexión aún en estudio y los detalles de la causa/efecto aún no están del todo claros.

Una primera conclusión que debemos sacar de lo comentado anteriormente es que el vórtice polar no es ningún fenómeno meteorológico nuevo que sea el causante de las olas de frío de los últimos años, ni está ligado al cambio climático, ni nada de eso.

El vórtice polar siempre ha existido y en este post he intentando explicar a grandes rasgos lo que es. 

Con demasiada frecuencia los medios de comunicación utilizan términos ó conceptos meteorológicos con impacto mediático en sus titulares para sumar audiencia ó lectores, desvirtuando el verdadero significado de los mismos. Consiguen que se popularicen pero muchas veces se transmiten de manera equivocada.

Al igual que 'vórtice polar', 'ciclogénesis explosiva' ó 'DANA' son otros conceptos que se han popularizado y en muchas ocasiones se han explicado mal, aunque también hay que reconocer el excelente nivel divulgativo de algunos profesionales de los medios.

¿Qué va a ocurrir esta próxima semana con el jet stream y el vórtice polar troposférico?.

Cómo he venido avanzando, esta semana se iniciará con un importante cambio de patrón circulatorio. 

El jet stream comenzará a ondular con fuerza en nuestra zona de influencia estableciendo un bloqueo anticiclónico en omega sobre el Atlántico.

Por tanto vamos hacia un patrón de dorsal atlántica que activará circulación de nortes, derivando a nordestes al estirarse el área de altas presiones hacia Escandinavia y situarse un área de bajas presiones sobre Italia.

Advección de aire polar en capas medias que en principio no será nada extraordinaria para la época. Digamos que se normalizarán las temperaturas. El contraste será mayor por venir de la marcada anomalía térmica positiva que venimos.

Escasas precipitaciones. Continúa el déficit hídrico en áreas del sur y del este del país.

Según los ensembles actualizados del modelo americano GFS, en Pamplona, por ejemplo, llovería con unas isotermas de 0/+1 a 850 hpa, pero para cuando penetre la -3 a 850 hpa apenas quedará precipitación.

Por tanto, la consecuencia más inmediata en superficie de este cambio de patrón circulatorio será un notable refrescamiento en Península Ibérica y Baleares. 

De lunes a miércoles notaremos sobretodo las bajas sensaciones térmicas debido al viento intenso (sobremanera en el cuadrante nordeste peninsular), a pesar de la que las temperaturas no serán excesivamente frías para la época en zonas bajas.

Como digo, con este régimen de vientos y el dominio anticiclónico ejercido desde el oeste, las precipitaciones en principio llegarán sólo al extremo norte, y puntualmente a Cataluña y puntos del sureste.

Las nevadas se darán en cotas superiores a 1000 ó 1300 metros en la Cordillera Cantábrica y sobretodo en cara norte de Pirineos.

Tanto el cierzo como la tramontana serán protagonistas a inicios de semana.

Las heladas ganarán protagonismo desde el jueves, día que serán más intensas y extensas, al ir encalmando el viento e ir asentándose el aire frío en áreas llanas.

Y es en la evolución posterior al jueves cuándo aún pesa mucho la incertidumbre.

Algunos modelos cómo el inglés y el americano vienen insistiendo en una elongación momentánea de la dorsal atlántica hacia Groenlandia que verticalizaría el bloqueo anticiclónico sobre el Atlántico y en consecuencia reforzaría la circulación de nortes sobre el viejo continente.

En principio nuestro país quedaría bajo el abrazo de los altos geopotenciales y por tanto tendríamos estabilidad asegurada y se suavizarían las temperaturas diurnas momentáneamente, pero seguiremos atentos a la evolución de las presiones sobre el Mediterráneo porque si se forma una borrasca cerca de Córcega/Cerdeña parte del aire frío de origen ártico que se desparrame sobre el centro del continente podría canalizarse hacia los Pirineos durante el fin de semana del 25/26.

Por tanto no descarto que tengamos un segundo arreón de aire frío fruto del bloqueo A sobre el Atlántico.

Edito: Las últimas pasadas de los modelos de referencia apuntan a la posibilidad de que una borrasca desprendida del área de bajas presiones situado al otro lado del charco conseguiría romper la barrera anticiclónica para circular hacia Europa a finales de la próxima semana.

Esta borrasca con su giro ciclónico podría reorientar parte del aire frío hacia la Península Ibérica antes de acabar el mes.

Asociado y de la mano de la ondulación del chorro polar sobre el Atlántico Norte y otra onda sobre Alaska, el vórtice polar podría perder su condición compacta actual, de tal forma que una porción de masa ártica con bajísimas temperaturas al nivel de 500 hpa podría desplazarse desde su ubicación habitual en altas latitudes hacia la vertical de CentroEuropa a finales de la próxima semana.

Este extremo no está confirmado y por ahora sólo lo valoro cómo posible no como probable. 

Entra dentro de los escenarios que se están modelizando y por tanto es posible, y por mi parte le doy cierto peso probabilístico porque creo que el bloqueo anticiclónico sobre el Atlántico Norte será robusto y prolongado, como así lo pronostica el rango extendido del IFS (régimen de dorsal atlántica).

De cumplirse este escenario extremo, las consecuencias en numerosos países del centro, norte y este del continente europeo serían un brusco descenso térmico a todos los niveles y un prematuro temporal de nieve.

Este es el mapa de acumulados de nieve del modelo americano para el sábado 25, derivado de la salida determinista GFS de las 06Z (Cabe recordar que aunque se cumpliera finalmente el escenario previsto en esa pasada del modelo para esos plazos aún largos, los mapas de precipitación y espesores de nieve sólo sirven cómo mera referencia al tratarse de variables derivadas y tener los mapas escasa definición).

Sin embargo el modelo europeo IFS, que es bastante fiable a esos plazos y es mi modelo de referencia, por ahora muestra para finales de semana tanto en su pasada determinista cómo en sus cluster escenarios un dominio anticiclónico sobre todo el área suroeste del continente europeo, mientras las masas ciclónicas árticas circularían por latitudes muy por encima de la nuestra.

Según este modelo, el bloqueo anticiclónico no conseguiría verticalizarse tanto sobre el Atlántico Norte debido a la circulación de nuevas borrascas atlánticas hacia el sur de Islandia.

Personalmente tengo dudas de que dichas borrascas vayan a romper la robusta barrera anticiclónica, pero es otro escenario con cierto peso probabilístico y además es el modelo europeo el que apuesta por esta evolución.

Importantes discrepancias pues entre las salidas de alta resolución de los dos modelos globales de referencia a esos plazos (segunda parte de la próxima semana).

Por tanto, y concluyendo, en España tendremos un marcado descenso de temperaturas entre lunes y jueves, y quedaríamos en principio un poco al margen de la intensa descarga ártica que podrían recibir en buena parte de Europa durante la segunda mitad de la próxima semana. 

Pero como digo, seguiré con atención la evolución de los cálculos numéricos porque son plazos largos, manejamos aún mucha dispersión de escenarios y cualquier cambio en la disposición de los grandes centros de acción ó la aparición de bajas secundarias sobre el Mediterráneo alteraría la previsión enormemente y podría acercarnos parte de ese aire frío.

Veremos qué incidencia tiene finalmente este primer azote invernal sobre el continente europeo. 

En ocasiones las olas de frío se modelizan tímidamente y con grandes discrepancias entre los distintos modelos, hasta que se alcanzan ciertas condiciones iniciales y todos los modelos de referencia van de la mano.