MARGOT. CAPACIDAD ACTUAL DEL ATLÁNTICO PARA GENERAR HURACANES
En las próximas horas la tormenta tropical Margot, localizada actualmente sobre aguas del Atlántico en coordenadas aproximadas 25°N, 40°W, se transformará muy probablemente en un huracán de categoría 1.
Según la trayectoria que calculan los modelos numéricos, Margot se situará al oeste de las Azores entre el jueves 14 y el viernes 15, con una presión en su centro que rondará los 975 mb (la presión mínima podría acercarse a 970 mb en las próximas jornadas) y vientos máximos sostenidos de unos 70 nudos.
Cabe recordar que un ciclón tropical es un sistema giratorio, organizado por nubes convectivas y tormentas en su interior, que se origina sobre aguas cálidas tropicales o subtropicales, y tiene un centro de circulación cerrado en los niveles bajos de la atmósfera. Los ciclones tropicales tienen núcleo cálido y giran en contra de las agujas del reloj en el hemisferio norte.
Así lo pronostica el National Hurricane Center,
A partir de ese día la incertidumbre crece mucho, y no queda claro qué deriva tomará el huracán Margot.
Tras unos días 'bailando' al oeste de las Azores, y quizás 'zarandear' a estas islas, podría moverse hacia el oeste para después verse reabsorbido por la corriente en chorro. En ese caso emprendería camino hacia el continente europeo ligeramente rebajado a categoría de profunda borrasca extratropical. Borrasca que sería de gran impacto.
Así lo calcula la última pasada determinista del modelo canadiense.
Otra opción es que tras varios días de actividad sobre aguas atlánticas acabe por rellenarse y perder fuerza. Así lo calcula la última pasada determinista del modelo europeo.
Cabe preguntarse, ¿tiene actualmente el océano Atlántico mayor capacidad para generar huracanes que en el siglo pasado?.
La respuesta no es tan sencilla como puede parecer.
Es cierto que se está cumpliendo lo que proyectaban los modelos climáticos. Es decir, las aguas superficiales del Atlántico se están calentando, y se está produciendo una expansión de las condiciones tropicales en este océano hacia el nordeste, es decir, hacia nuestra posición.
Otro día hablaré sobre la paradójica influencia de los aerosoles en el enfriamiento de las aguas superficiales del Atlántico durante unas décadas.
Actualmente el sistema acoplado océano-atmósfera soportaría huracanes de categoría 2 muy cerca de la Península Ibérica, incluso de categoría 3 al oeste de las Canarias.
Podemos imaginar los daños que provocaría un huracán de esta categoría al impactar sobre el archipiélago español.
Las actuales anomalías positivas de temperatura en las aguas superficiales del océano Atlántico evidencian el enorme potencial de estas aguas para generar y desarrollar estos monstruos con capacidad devastadora.
Pero por otro lado, no debemos obviar los grandes avances tecnológicos desarrollados en las últimas décadas, y que sin duda han facilitado la detección y observación de estos ciclones tropicales, sobremanera los menos intensos y aquellos que no acababan afectando a áreas pobladas, ya que podían pasar más desapercibidos cuando no se disponía de tantas y tan avanzadas imágenes satelitales.
Hoy en día el National Hurricane Centre monitoriza cualquier ciclón tropical por pequeño que sea. Todos pasan a engrosar las estadísticas, y además las alertas y avisos pueden emitirse con mucha antelación.
Por tanto, el incremento en número de este tipo de perturbaciones quizás no sea tanto como pueda parecer por lo que vemos en los medios y leemos en los artículos.
Además tenemos que tener en cuenta el estado actual del AMM.
El Atlantic Meridional Mode (AMM) es el modo principal de variabilidad del sistema acoplado atmósfera-océano.
Durante una fase positiva del AMM la zona de convergencia intertropical (ZCIT) se desplaza hacia el norte.
La fase positiva del AMM se caracteriza por aguas superficiales oceánicas más cálidas, junto con una debilitada cizalladura vertical del viento. Estas condiciones tienden a realzar la actividad de ciclones tropicales en el Atlántico Norte.
Reducción de la presión en superficie y atmósfera más humeda e inestable en esa franja del Atlántico caracterizan también las temporadas con alta actividad ciclónica.
Actualmente estamos en fase positiva del AMM, y por tanto la gran actividad de ciclones y huracanes que se está produciendo está justificada.
Concluyo que el calentamiento global favorece la gestación y desarrollo de ciclones tropicales y huracanes, y también su evolución fuera de las zonas habituales, pero tenemos que tener en cuenta que hay ciclos de mayor y menor actividad, y ahora estamos inmersos en uno de los de mayor actividad.
Estaremos atentos a la evolución tanto de Margot, cómo del potentísimo huracán Lee, aunque este último no vá a afectarnos.
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